Al llegar a la hora del almuerzo, decidí hacer una recorrida por los alrededores del viejo puesto.
Cañada frente al corral con la presencia de grandes vizcacheras.
La habitación que mi tío José Santos TAPIA, les prestaba a los pescadores cuando se quedaban a descansar, hoy se encuentra derrumbada.
Restos de revoques. Las paredes de los ranchos eran de piedras con revoques blanqueados a la cal. Los techos eran de cañas con cumbreras, varas, tirantes, patas de gallo y su cobertura superior era de paja. La habitación de recibo tenía pisos de madera.
Las ruinas de lo que fue la cocina.
Las ruinas de lo que fue la cocina.
Una parte del rancho fue reconstruída por Elio PEREYRA, para refugiarse y guardar sal para los animales.
Las manzanas siguen creciendo y son el alimento preferido de los zorzales.
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