Día 2:
El domingo 10 de mayo, me levanté temprano para desayunar en el hotel y salir de paseo por San Telmo y La Boca.
Uno de los tantos templos sobre la Calle Defensa, muy cerca de Plaza de Mayo.
Apenas había hecho unas cuadras, y de atrás me ponen un sombrero y me dicen: "Bailate un tango vos que sos de Río Cuarto" (yo pensé, a la pucha recién llego y ya soy famoso, já!). Se trataba de un chico que iba conmigo al Gimnasio del Centro 11 y hacía dos meses que se fue a estudiar tango a Baires.
Además visité otras muestras de arte: Mabel Abalo (pinturas), Cecilia Kuska (fotografías) y Celina Levy (pinturas) en la Galería de Arte "Mercedes Giachetti" (Defensa 718) y en "EdeA Galería" (Defensa 771) la muestra de los pintores Franco, Marquina, Ravagnan y Tarsia.
Este actor nos arrancó una sonrisa a varios que disfrutamos observándolo.
Si tuviese la posibilidad de elegir un lugar donde vivir en Buenos Aires, sin dudas sería el Barrio de San Telmo. La historia del lugar, los anticuarios, la bohemia y el encuentro de culturas tan diferentes, lo hacen muy particular.
Compré de regalo algunos objetos de decoración en "L´ago" (Defensa 919).
La hora del almuerzo me llegó luego de girar por Plaza Dorrego. Mi fanatismo por el Club Atlético Belgrano de Córdoba (0 - 1 contra Platense) me llevó a entrar al "Patio Cervecero".
Casa típica en las proximidades del Parque Lezama.
En una casa me compré un juguete antiguo, un caballito de hojalata a cuerdas, que desde el momento que lo ví quedé obsesionado.
Por la calle empedrada, bajé la "defensa" y al galope por el Parque Lezama me desbaranqué en La Boca.
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